Ill niño nos recordó por qué nos gusta tanto el metal latino

Una banda tan grande, que el escenario en el que tocó no fue suficiente.

Una energía arrasadora. Así fue el concierto de ill niño en el escenario ECO el lunes cuando cerró la fecha para esa tarima, la más pequeña, pero que en proporción, pudo ser la más visitada el lunes 17 de agosto.

No tan conocida como otras agrupaciones del género en esta parte del continente, ill niño cuenta con todos esos elementos que hacen retumbar el piso donde toquen: un frontman carismático y energético que siempre le habló al público capitalino en su idioma y sin acento; un trabajo de percusión rudo y contundente, con un poder latino inigualable; y finalmente un set de cuerdas que le daba toneladas de metal pesado a la propuesta.

No fueron pocos los asistentes a ese escenario, muy bien por el público pero muy mal por la organización; el sonido con el que cuenta esa tarima es para pocos asistentes, de allí a que históricamente en ese lugar se han presentado propuestas más de nicho. El metal, en Colombia, nunca ha sido de nicho.

Así que los que estaban detrás de la carpa de control (a no más de 10 o 15 metros del escenario), no tuvieron el sonido esperado para una banda de la magnitud de ill niño.

También sabemos que algunas agrupaciones decidieron tocar allí (Andrés Giménez de ANIMAL nos lo contó en una entrevista), así que la producción debió tomar las medidas del caso para garantizar un buen sonido en esa tarima.

Más allá de eso. Lo que mostró ill niño fue sorprendente. Es una banda que está al nivel de los headliners de cualquier festival de metal. Y con sus 15 años de trayectoria, cuenta con un repertorio variado y muy interesante.

Lo que más destaca de esta agrupación es la potencia a nivel de percusión. Su baterista Dave Chavarri, de origen peruano, y el percusionista Oscar Santiago (gringo, de origen boricua) logran dar ese sabor latino que acerca al metal a los sonidos propios de nuestras tierras y que es justamente lo que lo hace aún más pesado.

Esto sumado a la mezcla de idiomas -español e inglés-, en sus canciones, los hace muy cercanos a sus públicos. Así fue el lunes en la noche cuando miles de personas vieron el poder de ill niño.

Junto con Behemot y Koyi K Utho, ill niño fue lo mejor del festival en mi opinión. Tres propuestas de metal pesado muy distintas entre sí. Y si se trata de promocionar el escenario alternativo, bienvenida la propuesta, pero hay que darle al menos el sonido para la cantidad de personas que se espera llevar.

Texto y fotos: Julián López Cortés